El shock es cuando se altera la circulación sanguínea a órganos importantes del cuerpo, como el cerebro o el corazón, afectando su funcionamiento por el suministro de una menor cantidad de oxígeno y poniendo en riesgo la vida.
Dependiendo de su causa, el shock se puede clasificar en diferentes tipos, y es común que se produzca por infecciones, lesiones graves, especialmente en el caso de sangrado intenso, y reacciones alérgicas.
Cuando se sospecha shock, es importante acudir a urgencias lo antes posible para una evaluación. El tratamiento generalmente se lleva a cabo con la persona hospitalizada y puede implicar el uso de medicamentos para controlar la presión arterial y suero directamente en la vena.
5 tipos de shock
Los principales tipos de shock son:
1. Shock séptico
El shock séptico es una complicación de la sepsis que surge cuando una infección llega a la sangre, provocando un mal funcionamiento de órganos, como el corazón y los riñones, y una disminución de la presión arterial.
Posibles síntomas: pueden aparecer síntomas como fiebre superior a 38º C, convulsiones, taquicardia, dificultad para respirar y somnolencia. Vea otros síntomas de shock séptico.
Causas principales: el shock séptico suele ocurrir debido a infecciones, como pielonefritis y neumonía, especialmente cuando son causadas por bacterias resistentes a los antibióticos. Además, el riesgo de shock séptico es mayor en niños, personas mayores y personas con enfermedades como lupus o VIH.
Cómo tratar: el tratamiento implica el uso de medicamentos, como antibióticos y vasopresores, así como suero por vía intravenosa. Además, también puede ser necesario el uso de oxígeno y dispositivos para ayudar a la persona a respirar.
2. Shock anafiláctico
El shock anafiláctico es una reacción alérgica grave que puede ocurrir en personas con alergia a sustancias específicas presentes en alimentos o medicamentos, provocando una inflamación intensa y una caída de la presión arterial.
Posibles síntomas: es común experimentar síntomas como hinchazón de la cara, dificultad para respirar, aumento del ritmo cardíaco y desmayos. Vea más síntomas del shock anafiláctico.
Causas principales: el shock anafiláctico suele producirse por picaduras de insectos, consumo de alimentos específicos, como frutos secos o cacahuetes, y uso de medicamentos.
Cómo tratar: el tratamiento consiste en inyectar adrenalina, utilizar medicamentos como antihistamínicos y corticosteroides, broncodilatadores inhalados y suero por vía intravenosa. Por eso, es muy importante acudir inmediatamente a urgencias. Vea qué hacer en caso de shock anafiláctico.
3. Shock hipovolémico
El shock hipovolémico ocurre cuando no hay suficiente sangre para llevar oxígeno a los órganos más importantes, como el corazón y el cerebro. Este tipo de shock es común en casos de sangrado y pérdida excesiva de agua del cuerpo.
Posibles síntomas: algunos síntomas que pueden aparecer son sed intensa, cansancio excesivo, mareos, piel fría, somnolencia, sensación de desmayo, confusión mental y palpitaciones. Conozca otros síntomas del choque hipovolémico.
Causas principales: el shock hipovolémico puede ocurrir por gastroenteritis, uso incorrecto de medicamentos diuréticos, quemaduras importantes en el cuerpo y sangrados severos por lesiones, cirugías o accidentes, por ejemplo.
Cómo tratar: generalmente está indicado el uso de suero por vía intravenosa y, en caso de sangrado severo, una transfusión de sangre. Además, también es importante identificar y tratar su causa para evitar una mayor pérdida de sangre o líquidos del cuerpo.
4. Shock cardiogénico
El shock cardiogénico se produce cuando el corazón tiene dificultad para bombear sangre al resto del cuerpo, provocando que órganos como el cerebro y los riñones no reciban suficiente sangre para seguir funcionando correctamente.
Posibles síntomas: pueden aparecer síntomas como confusión mental, latidos cardíacos irregulares, somnolencia y dificultad para respirar e hinchazón en partes del cuerpo, especialmente en las piernas. Vea más sobre el shock cardiogénico.
Causas principales: el shock cardiogénico puede surgir debido a un infarto, insuficiencia cardíaca descompensada, arritmias graves y paro cardíaco, por ejemplo.
Cómo tratar: el tratamiento del shock cardiogénico puede implicar el uso de suero directamente en la vena, medicamentos para controlar la presión arterial y mejorar el funcionamiento del corazón. Además, también se debe tratar la causa del shock para permitir que el corazón se recupere, lo que puede requerir cirugía.
5. Shock neurogénico
El shock neurogénico se desarrolla cuando el control de los vasos sanguíneos por parte del sistema nervioso se ve afectado debido a lesiones en el cerebro o la médula espinal, lo que hace que la sangre no llegue correctamente a órganos como el corazón y los riñones.
Posibles síntomas: la persona puede experimentar dificultad para respirar, disminución del ritmo cardíaco, somnolencia, desmayos, piel caliente y enrojecida y mal control de la temperatura corporal, por ejemplo. Vea otros síntomas del shock neurogénico.
Causas principales: el shock neurogénico es más común tras accidentes de tráfico o atropellos, por ejemplo, por golpes o lesiones graves en la cabeza o la columna.
Cómo tratar: el shock neurogénico se trata con medicamentos directamente en la vena para controlar la presión arterial y la frecuencia cardíaca, si son demasiado bajas. Además, a veces también puede implicar una cirugía para permitir que la médula espinal o el cerebro se recuperen.