Trastorno de conversion: qué es, síntomas, causas y tratamiento

El trastorno de conversión, también conocido como trastorno neurológico funcional, es un trastorno psiquiátrico de somatización que provoca síntomas que afectan los sentidos, las funciones corporales o los movimientos, como temblores generalizados, parálisis, visión doble, sordera o convulsiones no epilépticas

Este trastorno es causado por una reacción del cuerpo al estrés, traumas psicológicos o físicos, y no está relacionado con daños o alteraciones en las estructuras del cerebro o del sistema nervioso, como ocurre en los casos de epilepsia o accidente cerebrovascular (ACV), por ejemplo.

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El tratamiento del trastorno conversivo, también llamado trastorno neurológico funcional o trastorno de síntomas somáticos, lo realiza el psiquiatra e involucra normalmente la psicoterapia y/o el uso de medicamentos.

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Síntomas de trastorno de conversión 

Los principales síntomas de una crisis conversiva son:

  • Temblores generalizados o debilidad;
  • Dificultad para coordinar los movimientos o caminar;
  • Pérdida del equilibrio;
  • Parálisis de un brazo o una pierna;
  • Pérdida de sensibilidad en una parte del cuerpo;
  • Falta de respuesta o pérdida de la conciencia;
  • Convulsiones psicógenas no relacionadas con la epilepsia.

Además, la persona puede experimentar dificultad para tragar, sensación de "nudo en la garganta" o alteraciones en la visión o audición, como sordera, visión doble o ceguera, entre otros.

Los síntomas del trastorno de conversión surgen durante una crisis conversiva y suelen aparecer repentinamente, generalmente después de un episodio de estrés o ansiedad excesiva, o de una experiencia traumática.

¿Qué hacer durante una crisis conversiva?

Durante una crisis conversiva, es importante mantener la calma y asegurar la seguridad de la persona, alejando objetos peligrosos que estén cerca y verificando su respiración.

Si se acumula saliva en la boca, es fundamental colocar a la persona en posición lateral de seguridad para evitar atragantamientos o asfixia.

Además, se debe evitar sujetar a la persona o intentar interrumpir sus síntomas, ya que esto puede causar daño o aumentar su estrés

Cómo confirmar el diagnóstico

El diagnóstico del trastorno de conversión lo realiza un psiquiatra, neurólogo o psicólogo mediante la evaluación de los síntomas, el historial de salud o de trastornos psiquiátricos, y el examen físico.

Además, el médico debe solicitar pruebas para descartar enfermedades neurológicas, ya que el trastorno de conversión no es causado por alteraciones en la función del cerebro o del sistema nervioso, como ocurre en casos de epilepsia, miastenia gravis o accidente cerebrovascular (ACV), por ejemplo.

De este modo, pueden indicarse exámenes como electroencefalograma, electromiografía, resonancia magnética o análisis de laboratorio, como los niveles de prolactina o creatinofosfoquinasa (CPK) en sangre.

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Diferencia entre una crisis convulsiva y una crisis conversiva

La crisis convulsiva es una condición neurológica causada por descargas eléctricas anormales en el cerebro, mientras que la crisis conversiva tiene causas psicológicas, como niveles extremos de estrés o ansiedad.

Además, existen diferencias en la forma en que se manifiestan: en la crisis conversiva, la persona puede presentar temblores generalizados, movimientos involuntarios de la cadera y no muestra confusión tras el episodio convulsivo, a diferencia de una crisis convulsiva.

Otras características de la crisis conversiva son su mayor duración en comparación con la crisis convulsiva, la ausencia de pérdida de control sobre la vejiga o los intestinos, la falta de mordedura en la lengua y la resistencia a que el médico le abra los ojos.

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Posibles causas

Las principales causas del trastorno de conversión son:

  • Traumas psicológicos o físicos;
  • Estrés excesivo, ya sea agudo o crónico;
  • Antecedentes de abuso psicológico o sexual en la infancia;
  • Conflictos psicológicos internos;
  • Capacidad de afrontamiento reducida o deficiente;
  • Antecedentes familiares de condiciones o síntomas neurológicos.

Además, las personas con condiciones psiquiátricas o neurológicas, como depresión, accidentes cerebrovasculares, epilepsia o migrañas, pueden desencadenar crisis conversivas.

De este modo, una combinación de factores psicológicos, biológicos y sociales puede contribuir al desarrollo del trastorno de conversión.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento del trastorno de conversión debe ser orientado por un psiquiatra y tiene como objetivo aliviar los síntomas y prevenir nuevas crisis, mejorando así la calidad de vida.

Los principales tratamientos para el trastorno de conversión son:

1. Terapia cognitivo conductual

La terapia cognitivo conductual es un enfoque de la psicoterapia que puede ayudar a reducir la frecuencia o la intensidad de las crisis conversivas.

Este tipo de terapia es realizada por un psicólogo y consiste en observar cómo la persona piensa y se siente en relación con diversas situaciones y cómo estas influyen en su comportamiento.

De esta forma, el psicólogo ayuda a la persona a comprender y controlar sus emociones en diferentes situaciones, así como a desarrollar estrategias de afrontamiento positivas.

Las sesiones de psicoterapia pueden incluir ejercicios de reflexión, para ayudar a identificar los sentimientos negativos, y ejercicios de respiración, para promover la relajación, entre otros.

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2. Psicoterapia psicodinámica

La psicoterapia psicodinámica es otro enfoque de la psicoterapia que se centra en la evaluación de los comportamientos, prestando especial atención a los procesos mentales inconscientes, sentimientos y experiencias o traumas pasados.

Este tipo de psicoterapia ayuda a la persona a desarrollar estrategias adaptativas positivas y a enfrentar situaciones difíciles. Es particularmente indicada para el trastorno de conversión cuando la persona acepta que los síntomas pueden estar relacionados con traumas pasados.

3. Hipnoterapia

La hipnoterapia es un enfoque de la psicoterapia que tiene como objetivo acceder al subconsciente de la persona a través de la hipnosis y mejorar los síntomas físicos del trastorno de conversión.

Este tipo de psicoterapia suele ser indicado en casos de síntomas sensoriales, como pérdida de sensibilidad en un miembro o alteraciones en el habla.

4. Terapia en grupo

La terapia grupal puede ser útil para el trastorno de conversión, ya que en este entorno las personas pueden compartir sus debilidades mientras se brindan apoyo mutuo.

5. Terapia familiar

La terapia familiar también puede ser beneficiosa en el tratamiento del trastorno de conversión, ya que ayuda a la familia a comprender la condición y favorece una mejor comunicación entre la persona afectada y sus familiares.

6. Fisioterapia

La fisioterapia, junto con la terapia cognitivo-conductual, puede ayudar a prevenir la rigidez o debilidad muscular causadas por los síntomas de movimiento derivados del trastorno de conversión.

7. Uso de medicamentos

El uso de medicamentos para el trastorno de conversión puede ser indicado por el psiquiatra cuando la persona tiene un diagnóstico de ansiedad o depresión.

En este caso, se pueden recetar medicamentos antidepresivos, ansiolíticos o estabilizadores del ánimo, entre otros.

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