La uncoartrosis cervical es un desgaste del cartílago de los discos intervertebrales en la columna cervical, localizado en el cuello, los cuales se hacen más rígidos debido a la pérdida de agua y nutrientes, causando síntomas como dolor en el cuello, sensación de ardor u hormigueo en los brazos, por ejemplo.
La uncoartrosis cervical es un tipo de artrosis, siendo más común en personas de la tercera edad, debido al desgaste natural de las articulaciones con el envejecimiento del cuerpo, al surgir como consecuencia de la realización de movimientos repetitivos o traumatismos, por ejemplo.
El tratamiento de la uncoartrosis cervical es realizado por el ortopedista o reumatólogo, el cual puede indicar el uso de medicamentos para aliviar los síntomas, realización de fisioterapia y, en los casos más graves, cirugía.
Síntomas de uncoartrosis cervical
Los principales síntomas de la uncoartrosis cervical son:
- Dolor y sensación de ardor en el cuello;
- Dolor que se irradia a los hombros, brazos o cabeza;
- Rigidez en el cuello;
- Dificultad para mover el cuello;
- Sensación de peso en el cuello o en los brazo;
- Presencia de chasquidos al mover el cuello;
- Sensación de arena al mover el cuello;
- Dolor frecuente de cabeza;
- Sensación de hormigueo en uno o en ambos brazos;
- Debilidad muscular;
- Temblor en los brazos o manos;
- Dificultad para mover los brazos o manos;
- Pérdida de la fuerza en los brazos o manos;
- Pérdida del movimiento del brazo;
- Pérdida del equilibrio.
Además, con la evolución de la enfermedad, también puede haber deformidad en la zona cervical o alteraciones en la postura del cuello, lo cual puede tornar los síntomas más intensos.
De esta forma, es importante consultar al ortopedista o al reumatólogo siempre que surjan síntomas de uncoartrosis cervical, para que se realice al diagnóstico y se inicie el tratamiento más adecuado.
Cómo se realiza el diagnóstico
El diagnóstico de la uncoartrosis cervical es realizado por un ortopedista o reumatólogo por medio de la evaluación de los síntomas, antecedentes personales y familiares de salud, hábitos de vida y examen físico, en que se realizan movimientos en el cuello con el objetivo de evaluar si hay alguna limitación de movimiento o si hay dolor durante su realización.
Además, el médico puede solicitar exámenes de imagen como radiografías o resonancia magnética, para evaluar el grado de desgaste de la articulación cervical y, de esta forma, confirmar el diagnóstico e indicar el tratamiento más adecuado.
Posibles causas
La causa exacta de uncoartrosis cervical no es totalmente conocida, sin embargo, surge debido al desgaste del cartílago entre las vértebras de la columna cervical, lo que resulta en el contacto de un hueso con otro e inflamación, una vez que el cartílago tiene como función proteger la articulación, evitando el fricción entre los huesos, además de dar estabilidad y guiar los movimientos de la columna cervical.
Algunos factores pueden contribuir para aumentar el riesgo de desarrollar uncoartrosis cervical, como:
- Envejecimiento natural del cuerpo, llevando al desgaste de la articulación;
- Antecedentes familiares de uncoartrosis cervical;
- Deformidades congénitas en la articulación;
- Debilidad muscular;
- Desalineación de la articulación cervical;
- Hábito de fumar;
- Traumatismo como fracturas o golpes que afectan la articulación del cuello;
- Movimiento repetitivos, como levantar repetidamente objetos pesados;
- Trabajos que sobrecargan las articulaciones del cuello, como dentistas, enfermeros, costureras, pintores o personas que realizan trabajos domésticos.
Estos factores pueden causar una degeneración y destrucción progresiva de la articulación, resultando en los síntomas.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento de la uncoartrosis cervical debe ser realizado con orientación del ortopedista o reumatólogo, con el objetivo de aliviar los síntomas y evitar la evolución de la enfermedad.
De esta forma, los principales tratamientos recomendados por el médico son:
- Uso de collarín cervical, en la fase aguda de la uncoartrosis cervical;
- Medicamentos analgésicos y antiinflamatorios, como paracetamol, diclofenaco, ibuprofeno o naproxeno, para reducir el dolor y la inflamación en el cuello;
- Suplementos, como sulfato de glucosamina y condroitina, que ayudan a lubricar y mantener la elasticidad de los cartílagos en las articulaciones;
- Reeducación postural global (RPG), para corregir la mala postura y ayudar a aliviar los síntomas;
- Fisioterapia, para ayudar a fortalecer los músculos del cuello, aumentar la flexibilidad y reducir el dolor, mejorando el movimiento del cuello y reduciendo la rigidez.
Además, en casos más graves, en que hay compresión sobre la médula espinal o raíces nerviosas, el médico puede recomendar la realización de una cirugía, con la intención de liberar estas estructuras nerviosas y estabilizar la columna cervical.