La urticaria crónica es un tipo de reacción alérgica que provoca síntomas recurrentes, como picazón, ardor y manchas rojas y elevadas en la piel, la mayoría de los días durante un período de 6 semanas o más.
Este tipo de urticaria puede ser causado por el uso de medicamentos, estrés o contacto frecuente con sustancias específicas, pero no siempre se identifica su causa, siendo conocida como urticaria crónica espontánea en estos casos.
Lea también: Urticaria: qué es, tipos, síntomas y causas tuasaude.com/es/urticariaEn caso de sospecha de urticaria crónica, se recomienda consultar a un dermatólogo. El tratamiento depende de su causa y, generalmente, también implica el uso de medicamentos antialérgicos para aliviar los síntomas.
Principales síntomas
Los principales síntomas de la urticaria crónica son:
- Picazón en la parte del cuerpo afectada;
- Ardor o sensación de quemazón en la piel;
- Manchas elevadas rojas o rosadas en la superficie del cuerpo.
La urticaria se clasifica como crónica cuando los síntomas recurren la mayoría de los días durante un período de 6 semanas o más y, en estos casos, es más frecuente en áreas de la piel sujetas a presión debido al uso de ropa, como la cintura, axilas o ingles.
Aunque los síntomas en un episodio de urticaria crónica tienden a desaparecer en menos de 24 horas, algunas personas también presentan angioedema, que puede causar hinchazón y malestar en partes del cuerpo, que pueden persistir hasta 3 días si no se trata.
Lea también: Angioedema: qué es, síntomas, causas y tratamiento tuasaude.com/es/angioedemaCómo se realiza el diagnóstico
El diagnóstico de la urticaria crónica lo realiza el dermatólogo o médico general basándose en los síntomas presentados y el historial médico de la persona, especialmente cuando es posible relacionar los síntomas con una causa específica.
Sin embargo, es común que el médico solicite exámenes, como un hemograma y la medición de la PCR en la sangre, para intentar identificar la causa de la urticaria crónica. Además, en algunos casos, se pueden indicar pruebas de alergia, como la prueba del pinchazo y el RAST. Conozca los principales test de alergia.
Posibles causas
Las principales causas de la urticaria crónica son:
- Uso de medicamentos, como antiinflamatorios, analgésicos o anticonceptivos;
- Estrés excesivo;
- Exposición al calor, frío o luz solar;
- Contacto con materiales sintéticos, plantas o animales;
- Consumo de alimentos específicos, como ajo, cebolla o pescado;
- Infecciones, como el virus de la hepatitis B, el virus del herpes o H. pylori, por ejemplo.
Sin embargo, no siempre es posible identificar la causa de la reacción alérgica que resulta en el desarrollo de la urticaria crónica. Especialmente en estos casos, esta condición se conoce como urticaria crónica espontánea o idiopática.
Urticaria crónica espontánea
La urticaria crónica espontánea o idiopática, es un tipo de urticaria en la que no se ha podido identificar su causa. Sin embargo, se cree que está asociada a la presencia de anticuerpos en la sangre que reaccionan contra el propio organismo, lo que resulta en una reacción alérgica.
Además, la urticaria crónica espontánea parece ser más frecuente en casos de enfermedades autoinmunes, como el hipotiroidismo o el lupus eritematoso sistémico, y en infecciones, por ejemplo.
Lea también: 9 enfermedades autoinmunes: síntomas y tratamiento tuasaude.com/es/enfermedad-autoinmuneCómo se realiza el tratamiento
El tratamiento de la urticaria crónica, siempre que sea posible, debe ser específico para su causa, pudiendo implicar la suspensión o el cambio de medicamentos, evitar la exposición o el contacto con posibles causas y el tratamiento adecuado de las infecciones, si las hubiera.
Además, para aliviar los síntomas de la urticaria crónica y acelerar la recuperación de un episodio, el médico también puede indicar el uso de medicamentos antialérgicos, como hidroxizina, desloratadina o fexofenadina. Conozca sobre los medicamentos indicados para la urticaria.
Especialmente en los casos más resistentes de urticaria crónica, se pueden indicar otros medicamentos para controlar los síntomas, como corticoides o inmunosupresores, que deben usarse según la orientación del médico.