Uveítis: qué es, síntomas y tratamiento

La uveítis es la inflamación de la úvea, una parte del ojo que incluye el iris, el cuerpo ciliar y la coroides. Sus síntomas más comunes son ojos rojos, sensibilidad a la luz y visión borrosa.

Esta condición puede ser causada por enfermedades autoinmunes o infecciosas, como artritis reumatoide, sarcoidosis, sífilis, lepra y oncocercosis, entre otras.

El tratamiento de la uveítis debe ser supervisado por un oftalmólogo y varía según la causa subyacente. Puede incluir el uso de colirios con corticosteroides, medicamentos antivirales o antibióticos, e incluso cirugía en casos más graves.

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Principales síntomas

Los principales síntomas de la uveítis:

  • Ojos enrojecidos.
  • Dolor en los ojos.
  • Mayor sensibilidad a la luz.
  • Visión borrosa o turbia.
  • Moscas volantes.

Además, la uveítis puede causar pupilas contraídas, imágenes visuales indeseadas o disminución de la visión.

Es importante consultar a un oftalmólogo si aparecen síntomas de uveítis para recibir el tratamiento adecuado rápidamente y evitar complicaciones, como la pérdida de visión. Conozca otras causas de ojos rojos.

¿Cuánto tiempo dura la uveítis?

La duración de la uveítis puede variar. En el caso de la uveítis aguda, los síntomas suelen durar hasta 6 semanas.

En cambio, en la uveítis crónica, los síntomas persisten durante un período más largo, superando las 6 semanas o incluso durando varios meses.

Cómo confirmar el diagnóstico

El diagnóstico de la uveítis lo realiza el oftalmólogo a través de la evaluación de los síntomas, el historial médico y los exámenes oftalmológicos.

Los principales exámenes para la uveítis incluyen la prueba de agudeza visual, la biomicroscopía o lámpara de hendidura, la medición de la presión intraocular y el examen de dilatación ocular.

Además, otros exámenes que pueden realizarse son el mapeo de retina, la tomografía de coherencia óptica, la angiografía o el análisis del humor vítreo o acuoso del ojo, entre otros.

Qué puede causar uveítis

Las principales causas de la uveítis son:

  • Enfermedades autoinmunes, como sarcoidosis, enfermedad de Crohn, lupus o artritis reumatoide.
  • Metástasis o tumores en los ojos.
  • Cuerpos extraños en el ojo.
  • Laceraciones en la córnea.
  • Perforación ocular.
  • Quemaduras causadas por calor o sustancias químicas.

Además, la uveítis también puede ser provocada por enfermedades infecciosas, como toxoplasmosis, sífilis, SIDA, lepra y oncocercosis, entre otras.

Tipos de uveítis

Los principales tipos de uveítis son:

Tipo de uveítis Características
Uveítis anterior

La uveítis anterior afecta el iris, que es la parte colorida del ojo, causando enrojecimiento y dolor ocular.

Este es el tipo de uveítis más común y menos grave.

Uveítis intermediaria

La uveítis intermedia afecta el humor vítreo y la retina periférica, provocando la aparición de "moscas volantes" y una disminución de la visión.

Este tipo de uveítis suele ser crónica, puede reaparecer después del tratamiento y tiene un inicio gradual.

Uveítis posterior

La uveítis posterior afecta la coroides del ojo, que es la capa de tejido situada entre la retina y la esclera (la parte blanca del ojo).

Este tipo de uveítis también puede involucrar la retina y/o el nervio óptico, lo que podría llevar a una pérdida permanente de la visión.

Panuveítis La panuveítis afecta toda la úvea, incluyendo el iris, el cuerpo ciliar y la coroides.

El tipo de uveítis se identifica por el oftalmólogo a través de los exámenes de diagnóstico.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento de la uveítis tiene como objetivo aliviar los síntomas y se realiza de acuerdo con la causa, pudiendo incluir el uso de colirios antiinflamatorios, comprimidos corticoides o antibióticos. En casos más graves, puede recomendarse la realización de cirugía.

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La uveítis tiene cura, principalmente cuando se diagnostica en fases iniciales, pero también puede ser necesaria la realización de tratamiento en el hospital para que el paciente reciba la medicación directamente en la vena.

Después del tratamiento, es necesario que la persona se realice exámenes de rutina cada 6 meses con el objetivo de tener un acompañamiento de la salud ocular.