Qué es:
La virosis es el nombre que recibe cualquier enfermedad que esté causada por un virus, el cual no siempre es identificado. Generalmente, estas infecciones son benignas y no necesitan tratamiento antibiótico, debido a que este tipo de medicamento no es capaz de eliminar el virus.
Este tipo de enfermedades son tratadas con reposo, hidratación, la realización de una dieta de fácil digestión y adoptando algunas medidas para controlar la fiebre, el dolor, el vómito y la diarrea; en el caso de que estos síntomas estén presentes.
Las virosis más comunes son causadas por los Adenovirus, que pueden originar gastroenteritis o infecciones en las vías respiratorias, y Rotavirus que causan gastroenteritis, pudiendo afectar tanto a los adultos como a los niños y bebés.
Principales síntomas
Los principales síntomas de una virosis son:
- Malestar general;
- Diarrea;
- Fiebre;
- Náuseas y vómitos;
- Mareos;
- Falta de apetito;
- Dolor muscular;
- Cólicos abdominales;
- Dolor de cabeza o detrás de los ojos;
- Estornudos;
- Secreción nasal;
- Tos.
Los síntomas de la virosis son muy variados y se pueden manifestar algunas horas o días después de que la persona entra en contacto con el virus, durando alrededor de 2 a 4 días, en el caso de los adultos saludables, pudiendo afectar principalmente el sistema respiratorio o gastrointestinal.
Generalmente, los síntomas suelen ser más graves en los niños, bebés, adultos mayores y en personas con enfermedades crónicas o con el sistema inmune comprometido.
Cómo se diagnostica
Para diagnosticar una virosis, el médico realiza una evaluación de los síntomas presentes en la persona o niño. Por lo general, es común que existan períodos en que en el trabajo, en la guardería o en el colegio hayan varias personas o niños que presenten síntomas indicativos de una virosis, siendo importante mencionarle al médico si existen casos cercanos que presenten los mismos síntomas.
Además, el médico también podría solicitar algunos exámenes de sangre o de orina específicos si sospecha de alguna otra enfermedad viral más grave, como la rubéola, por ejemplo.
Cómo curar la virosis más rápido
Para curar la virosis el tratamiento consiste en:
- Mantenerse de reposo y fortalecer el organismo, para que el sistema inmune sea capaz de eliminar el virus por si propio más rápido;
- Beber muchos líquidos durante el día, suero casero y/o sales de rehidratación oral para evitar la deshidratación, en los casos donde hay vómitos y diarreas;
- Realizar una alimentación de fácil digestión, dándole preferencia a la ingesta de carnes blancas, como pollo, pavo o pescado; frutas y vegetales sin cáscara, así como alimentos blandos como el puré de papa, camote o zanahoria, por ejemplo. Evitando la ingesta de alimentos muy condimentados y con alto contenido de grasas, pues dificultan la digestión.
Además, el médico podría recetar algunos analgésicos y antipiréticos, como el paracetamol, para aliviar los síntomas, así como probióticos (en los casos de diarrea) para ayudar a regular el intestino. Los medicamentos para tratar la diarrea, sólo deben ingerirse si son indicados por el médico, debido a que pueden evitar que el organismo elimine el virus por sí propio. Vea cómo curar una virosis más rápido.
Qué hacer para prevenirla
Para prevenir la virosis, principalmente si se tiene a alguien cercano enfermo, se debe:
1. Lavar las manos
LAVARSE LAS MANOS PUEDE SALVAR TÚ VIDA
02:44 | 13.828 visualizaçõesEs recomendable lavarse las manos siempre antes de comer, antes y después de ir al baño, y cuando se estornude o tosa; para disminuir el riesgo de tener el virus en las manos. Las manos son la principal forma de tener contacto y facilitar la entrada del virus que esté esparcido por el aire o en superficies como mesas, sillas, bolígrafos o teléfonos, en el cuerpo.
2. Mantener distancia de la persona enferma
Una persona con alguna virosis puede contagiar a todos a su alrededor, principalmente, cuando tienen episodios de tos, vómito o diarrea; puesto que el virus, normalmente, se encuentra en esos fluidos corporales, que a pesar de que no se ven a simple vista, puede permanecer en diversas superficies e incluso esparcirse por el aire, en el caso de enfermedades respiratorias.
La mejor forma de protegerse es mantenerse aproximadamente 1 metro de distancia de la persona enferma. En el caso de estar cuidando a un bebé con virosis, la mejor forma de protegerse es lavándose siempre las manos antes y después de cambiar los pañales, además de evitar utilizar los cubiertos o el vaso que utiliza el bebé para comer.
3. No compartir toallas, cubiertos y vasos
Otra forma muy eficaz para evitar contagiarse, es utilizar siempre la misma toalla, la cual no puede ser usada por la persona enferma. Los cubiertos, platos y vasos también tienen que ser de uso personal y, preferiblemente, se deben lavar con agua caliente y jabón para eliminar cualquier virus que pueda encontrarse en la superficie de estos objetos.
4. Colocarse las vacunas necesarias
La vacunación es una buena forma para prevenir la infección de los virus de la rubéola, parotiditis (paperas) y sarampión, con la triple viral, por ejemplo. La mayor parte de ellas son obligatorias, siendo proporcionadas en los centros de salud. También existen otras vacunas en contra de ciertos virus, las cuales son indicadas por el médico, como en el caso de la varicela y el rotavirus, por ejemplo.
La vacuna Rotarix que se utiliza para evitar la infección por rotavirus, no protege al 100% a la persona vacunada. Sin embargo, esta vacuna atenúa los síntomas en caso de que la persona sea infectada, por lo que si se presentan, los vómitos y la diarrea serán más leves y soportables mientras dure la gastroenteritis.